Los que vamos en bicicleta estamos acostumbrados a los golpes y las cicatrices desde niños, pero hay golpes que ni ves venir, ni te los esperas. Estos golpes son los más duros y dolorosos porque no hay tiritas para ellos.
Un inútil nos ha quemado nuestra finca en el Matarranya.
más información sobre lo ocurrido en mí otro blog
Ánimo David, dentro de cinco años tendrás otra vez madroños y aceitunas
ResponderEliminarjaov